....y tú ¿de qué grupo eres?

Vaya!! yo también tuve una derby variant....(que tiempos), y por supuesto caidas con ella, no menos tontas y ridículas que las de cordobeitor.
Allá por el 85 u 86, recuerdo una de ellas (donde pasabamos el verano), era de noche, volvía a casa y al entrar en la Urb. había que bajar un rampa, unos 200 mts. pero a mitad de la bajada había que frenar un poco, había un badén (creo que no había badén más grande en el mundo) e inmediatamente dar gas, seguir bajando y girar a la derecha para empezar a subir una cuestecita (insisto, creo que no había cuestecita mas empinada que esa en el mundo), una cuestecita haciendo curva, y al comienzo de la misma se me cruza un perro, estoy seguro que era un perro, las dimensiones del can no las recuerdo, pero grande si que era, tal vez no habia perro mas grande en el mundo que el chucho ese. Asi que trompazo al animal y yo al suelo.
Las carreteras de la Urb. estaban hechas de chinorros no era asfalto liso y chinorros sueltos por toda la calzada, con lo cual, me preguntaba entoces si había en el mundo carreteras mas achinarradas que esas.....
Otra vez que besé el asfalto fué de la siguiente manera (ridícula como la que más) vereis, se me dió por tunear la derby acoplandole unos suplementos de unos 8 cm. en la parte superior de la horquilla (me los hicieron en un taller de torneado), por entoces de mecánica andaba pegadito, lo digo porque, recuerdo que el muelle que llevaba por dentro la horquilla, muelles de amortiguación, los tenía anclados en la parte superior, pero en la parte de los amortiguadores o la parte inferior estaban sueltos. Circular con la moto circulaba sin problemas, pensaba yo que estarían bien puestos y el propio peso de la rueda y tal hacía que no se separaran los amortiguadores del resto de horquilla. Bien, una calurosa tarde de verano me dispuse para bajar al pueblo y en la misma carreterita que antes mencionaba pero por la parte de arriba, unos 50 mts. antes de empezar a bajar había un pequeño badén de media caña de esos hechos de hormigón, pues allá que voy yo rapidito para dar un pequeño saltito en dicho badén y.......(imaginaos) la rueda delantera junto a los amortiguadores salen disparados hacia adelante y yo agarrao al manillar.......horquillazo en la carretera y salir en "volandas" por delante de la moto.
Que sensación más agradable rozar tu cuerpo por aquella carretera de chinorros,,,,
Cosas de la adolescencia, creo yo..... y éstas son, que yo recuerde, las 2 caidas más aparatosas que he tenido, y no menos tontas o ridículas. Desde que tengo las motovespa (no caí nunca con ella), y hasta el día de hoy...., me caracteriza la prudencia.
Además con lo que tengo en casa....el día que caiga o me tiren de la vespilla,,,, la madre de mis hijos seguro que me quita la motillovespa,
Además con tanta prudencia es más probable que si tengo un piñazo con la moto sea por culpa de uno de esos caracoles de los que hace mención anahué, igual voy circulando y uno de ellos invade el carril contrario y "sestampa" contra mí,,,,o a lo mejor viene uno por detrás y me arrolla....quien sabe.
por todo ello....."cilindro nuestro que tás nertallé, santificado sea tuskape....sétera, sétera, sétera...y no nos dejes caé nelasfalto..
(de nuevo sétera)..Amén!!
P.D. olvidé mencionar que si que me tumbó una vez la vespa y por ello tuve que dejar de usarla,,,,,,,a alguien le suena "sinus pilonidal??"

Bueno, bueno, aquí hay para un libro, y todos al pié del cañón, Sí señorrrrr!!
Comparada con todas estas, la mía es mariconada, casi, fué así:
Verano del 90, más o menos. Yo curraba en el concesionario de Lancia, en Huesca, y teníamos una Yamaha Yammi de 49 para ir a hacer recados, y cosas pequeñas. Pues bien, me fuí a buscar dos autorradios reparados al taller del electrónico y cuando volvía hacia mi taller, por la calle Juan XXIII de Huesca, a la altura de la entrada del rey del parque cruce con Menéndez Pidal, subía en dirección contraria uno de Grañén con un 205 blanco (desde entonces ya no me gustaba ese coche), gira hacia Menéndez Pidal sin percatarse que yo bajaba a todo lo que daba, con el mono azul del curro y sin casco ni ostias. Sólo llevaba los dos autorradios y un montón de prisa, uno era para montarlo en el coche y entregarlo. Al hacer el giro invadió todo mi carril en diagonal, con lo que la moto se quedó a un lado del coche y yo al otro después de un vuelo de cuatro o cinco metros. De la caída no me acuerdo, de lo de después sí: perdí las dos zapatillas, cuarenta y cinco días con una escayola en la pierna derecha por una brecha de tres centímetros en la meseta tibial y la visita al hospital de varias personas que vieron el accidente y que no se creían que estuviera vivo. Desde entonces no me subí en una moto hasta hace cuatro años que compré la vespa, y aquí estamos. Por supuesto en bici tengo una bonita colección de guantazos, supongo que como todo el mundo....

Por cierto, se me olvidaba, el del coche que esperaba el autorradio tuvo que ir cantando él un mes en su coche, los dos aparatos los llevaba en la cesta delantera y se fueron a la chatarra sin poder sacarlos de ahí!

La verdad es que alguno ponéis los pelos de punta con lo que contáis. Lo mejor es la suerte que os acompaña.
Yo me he caído poco, sólo tres veces y siempre "con conocimiento": raspones, magulladuras, pero nada roto, porque siempre ha sido por ciudad y sólo una vez me di contra un coche.
Esa vez fue con una Lambretta 200 de un amigo. Desde entonces conduzco con guantes. Yo no tenía carné, y la culpa fue del coche, que estaba aparcado en una calle de un solo carril y salió sin ver que yo venía por la calle. Me caí al suelo sin más complicaciones que los raspones en las manos y el pantalón roto. La moto no tocó el suelo, porque se le clavó al coche la maneta del freno en la chapa, que casi no se la puedo sacar, y se quedó enganchada.
El tío, como tenía él la culpa, era todo amabilidad: que si me había hecho daño, que si quería que me acompañase a algún ambulatorio o algo por si acaso (entonces no se llevaba casco). Y yo, como no tenía carné, que no, que no, que estaba todo bien, y que no hacía falta hacer parte del seguro, que la Lambretta tenía sólo un raspón (mentira, además le rompí el intermitente, pero yo no podía hacer papeles, claro).
Total, que nos despedimos y me eché a correr antes de que se oliera que había gato encerrado.

Hiciste de cojón. Ya sabes lo que dice el dicho: "Quien roba a un ladrón tiene 100 años de perdón" jejejeje.
Salu2