Motorista vizcaino recorre España en Vespa para ayudar a niño zaragozano

No tenía ni idea de ésto y la verdad es que estaría bien saber cuándo va a pasar por Zaragoza para recibirle.

Subido a una Vespa del año 91, Eneko ha llegado a Valencia desde el País Vasco por una buena causa. Este motero de Vizcaya recorre toda España para agradecer el apoyo recibido para recaudar fondos para operar a un niño enfermo. "José Carlos es un niño de Zaragoza con una enfermedad rara (adrenoleucodistrofia) que afecta a todos sus sentidos. Tienen que intervenirle en Estados Unidos pero cuesta 700.000 euros. Su tío es motero y pidió apoyo a través de un foro de internet", explica Eneko.

La peña Alien en Vizcaya ( a la que él pertenece) decidió organizar una vuelta solidaria para recaudar el dinero necesario. No hizo falta. "En mes y medio, entre moteros, asociaciones y bares de Zaragoza se recogió la cantidad", comenta este motero.

La implicación de la gente fue tal que Eneko decidió continuar con la iniciativa y tomar la carretera aunque, únicamente, para corresponder el aliento recibido. Tras pasar por Burgos, Salamanca, Cáceres, Sevilla, Granada y Alicante, ayer llegó a Valencia.

Una decena de moteros le han acompañado durante su estancia en la ciudad. "Primero nos hemos hecho una foto en la Ciudad de las Artes y las Ciencias que colgaremos en internet. Allí hemos pegado carteles para que se conozca la historia de José Carlos", explica.

Eneko viaja en una Vespa que ha preparado para la ocasión. Como la moto no tiene maletero ha ideado un método algo más rudimentario. "Metí una garrafa de agua de 10 litros a cada lado a modo de alforja y ahí llevo tanto gasolina como un motor en piezas por si se me estropea", explica.

A 90 kilómetros por hora avanza poco a poco. El miércoles llegará a Zaragoza, donde tendrá un emotivo encuentro con la familia de José Carlos. Él no podrá hacerlo. Ya está en Estados Unidos para comenzar el tratamiento. "La enfermedad hace que se le acumule grasa y le anulen los sentidos. Primero le afectaría a la vista hasta quedarse ciego y luego a la movilidad del cuerpo. Hay que actuar rápido", asegura Eneko.

Lo de menos son las noches a cero grados durmiendo en una tienda de campaña, las dos veces que se le ha estropeado la Vespa durante el camino y los cientos de kilómetros que ha tenido que recorrer bajo una intensa lluvia. "La llaman la moto de la esperanza", reconoce este motero

Olé sus huevos.

Es muy reconfortante que en este mundo, aun quede gente con esa inmensa calidad humana